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Día del Trabajo: ¿Feliz día?

Decir hoy “feliz día del trabajo” puede inconscientemente tocar una herida sensible de muchos peruanos. (Escribe: Elizabeth Salcedo Lobatón)

Fuente de la imagen: gk.city

Primero de Mayo del 2020, y me cuesta decir “feliz día”, en un momento en que la realidad confronta a muchos peruanos, con la evidencia de la absoluta precariedad del sistema laboral. Es un día para reflexionar, para hacer conciencia sobre las grandes diferencias del trabajo que vivencian los peruanos, todos ellos “iguales” ante la ley.

Hoy un pequeño grupo de peruanos sin duda celebrará el día, sin haber tenido que trabajar en los últimos 30 días, porque ese peruano tiene su vida asegurada a partir del trabajo de otros peruanos y del gran capital que poseen. Más allá, un sector de compatriotas celebrara su día porque tiene un “trabajo decente”, y aunque no todos lo hayan obtenido meritocráticamente, están protegidos por los derechos laborales. En este caso, los empleadores cumplen con la ley, y hoy legítimamente estos peruanos celebrarán su feriado remunerado, como debería ser para todos los peruanos. Ellos podrán decir feliz día.

Otro sector de compatriotas, tendrán que trabajar hoy por obligación, en tareas de riesgo, pese a los peligros de contagio del Covid-19 a los que están expuestos. Ellos merecen una celebración especial, porque en tiempos difíciles, están trabajando para todos los peruanos. Otros peruanos en cambio, que laboran en tareas no autorizadas, también saldrán a trabajar hoy, burlando el control oficial, para agenciarse algunos recursos económicos, pese a la exposición y riesgos que les depara la calle.

Un importante grupo de peruanos, con sentimientos encontrados sobre su situación laborar, no sabrá si celebrar el día de hoy, pues hace semanas no trabaja, porque esta con “suspensión perfecta”.

Gran parte de peruanos no ha trabajado en los últimos 45 días o están dejando de laborar, mas allá de sus deseos. Las normas de aislamiento social han afectado sus capacidades humanas, su libertad de ser y hacer. Algunos con más recursos y oportunidades, el día de hoy recordarán que hace algún tiempo celebraban; son peruanos que viven estos días con los ahorros que hicieron con mucho esfuerzo cuando tenían trabajo; o son aquellos que sacrificarán la seguridad de su vejez para acogerse a las “medidas oficiales” que afectarán sus fondos de AFP.

Otros numerosos casos con menos oportunidades, el día de hoy, Primero de Mayo, estarán agenciándose un crédito, una ayuda, un fondo de solidaridad, para intentar pasar la semana, sin saber con certeza cómo resolverán los próximos días.

Y los productores peruanos que con mucho esfuerzo sembraron el año pasado, ¿Podrán celebrar sabiendo que no pudieron vender su cosecha a un precio justo o que la perdieron? O aquellos peruanos, cuyo empleo informal de toda la vida, terminó con el confinamiento, y ahora marchan de retorno en búsqueda de la familia y de la tierra para trabajar…

Mención aparte merecen los millones de peruanos afectados en su dignidad por la imposibilidad de conseguir un empleo o de autogenerarse su propio trabajo y tener que extender la mano para recibir una canasta, un bono, una dádiva, sin que esto logre una solución para su vida y la de su familia. Y allí donde el registro estatal falló y las familias sin trabajo no recibieron nada ¿De qué celebración podemos hablar?

No necesitas ser un científico social para mirar alrededor y darte cuenta de la enorme desigualdad y de la precariedad laboral en que vivimos. Por ello, decir “feliz día del trabajo” puede inconscientemente tocar una herida sensible de muchos peruanos que se sienten despojados de este derecho laboral. Hagamos de este, un día para reflexionar y construir soluciones, y mientras tanto celebremos el trabajo no remunerado que se ha hecho extensivo a muchos peruanos y peruanas en tiempos de pandemia.

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